En un primer momento coger un coche y no realizar todo el
proceso de la reparación en condiciones es mucho más rápido esto es de lógica.
Que el chapista deje el golpe metido para que el pintor lo
rellene o que este no prepare bien las superficies, son dos ejemplos claros de
cómo correr mucho en el taller.
Trabajando así le ganas tiempo a la peritación, vas a
entregar antes el coche al cliente, a ahorrar en materiales y un largo etc.…
que todos nos podemos imaginar.
Pero somos conscientes que ese vehiculo va a volver al
taller por lo menos una vez más, ¿el tiempo que tardará? depende básicamente de
la suerte. Si el dueño es de los que lavan el coche todas las semanas con
esponja y pistola a presión, en diez días le tendremos en el taller ya que se
le levantara la pintura de los plásticos o vera montañitas de grani. Si por el
contrario es un cliente al que su coche le da igual, pues enhorabuena has “colado”
un trabajo mal hecho (por lo menos esa vez).
Y la consecuencia de ese supuesto adelanto de trabajo, será
una reclamación, atrasar los trabajos de esa semana, más gasto de materiales y lo peor de todo la
perdida de un cliente, que tal y como esta el trabajo será acogido con los
brazos abiertos en cualquier taller de tu ciudad.
Siempre se va a tardar más en solucionar una mala reparación de lo
que hubiéramos tardado en hacerlo bien de primeras.
Por lo tanto vamos a trabajar siempre con la máxima calidad posible,
para evitar retornos y así mantener a nuestros clientes.
Hasta aquí la última entrada del 2.012, espero que todos los
post que he publicado hasta ahora os hayan resultado útiles.
El 2.013 se plantea como un año complicado, espero que entre
todos podamos seguir adelante con nuestros trabajos y proyectos.
Feliz 2.013