Siempre que nos disponemos a arreglar algún golpe, tenemos
que valorar como va a ser todo el proceso, y los materiales que vamos a poder
utilizar. Para mí un gran aporte sería introducir una manera “única” de
realizar las reparaciones.
Explico a que me refiero con única, logícamente esto es complicado ya que cada coche es un mundo. Pero sí es cierto que si nos acostumbramos, a que por ejemplo los chapistas ciertos golpes es mejor que no los reparén ya que el pintor tarda menos si no se daña con la radial innecesariamente, será mejor para todos.
El pintor tiene que valorar siempre, el grano de lija a
utilizar, ya que no se debería utilizar la misma lija para abrir un parche en
chapa viva, que para rellenar un picotazo que esta aún con la laca anterior.
Esto nos influirá directamente en la producción, ya que si
utilizas un grano P80 para abrir un picotazo, el afinado y aparejado nos
llevara más tiempo que si empezáramos en un P220 o P240, además si de primeras
abrimos con una lija gorda el parche ira creciendo y estaremos haciendo mayor
el daño de lo que en realidad tenía.
Tenemos que tener en cuenta que un golpe siempre va ir
creciendo a medida que la reparación avance. Ya que de cómo es el golpe que se
perita, lo que aumenta cuando el chapista repasa, lo que a continuación el
pintor abre con lija gorda y lo que sigue creciendo según vas bajando el grano
de la lija. Cuando por fin aparejas resulta que un golpe que mide unos 20cm
cuando lo coge el chapista para empezar la reparación, se nos va a ir como
mínimo a 40 o 50cm. Por eso es
importante tener un poco de cuidado y pensar las cosas antes de ponernos como
locos a reparar.
Tener en cuenta que no debemos dañar más de lo que
reparamos, ya que si no lo hacemos así, nuestra producción bajara, y la
rentabilidad también se vera mermada. En este caso la calidad seguramente no se
vea afectada puesto que es simplemente dedicarle más tiempo y materiales. El
problema es que ha sido de una manera incesaría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario