Quien no se ha encontrado alguna vez con un coche que han
pintado en diferentes talleres y cada pieza tiene un tono, o un color que de
fábrica ya viene con diferente tonalidad entre las piezas de plástico y las de
chapa.
Y dependiendo de cuantos pintores seamos en el taller, más
opiniones hay sobre que hacer: "tocamos el color, tráete las placas (las famosas
placas que se merecerán una entrada en el blog solo para ellas), parchea la
otra pieza". Por supuesto las tres opciones son validas, pero a continuación las
voy a desgranar y a decantar por una de ellas.
Damos por hecho que saber “tocar” un color para sacarlo lo
más igual posible es un arte. El problema suele ser que se tarda bastante
tiempo (no he visto a nadie sacar un color en menos de 30 minutos), y se acaba desperdiciando bastante material,
puesto que sacarlo a la primera es algo muy muy complicado y tienes que tirar
varias placas.
Las placas, como ya he mencionado las dedicaré una entrada.
Tampoco suelen servir en el resultado final ya que acabamos en la mano con 3 ó
4, y al final cogemos por eliminación más que por ser el color exacto.
A mí la experiencia me ha enseñado, que la solución de mayor
calidad, rapidez y rentabilidad. Es parchear la pieza adyacente.
Lógicamente es lo mas rápido, puesto que matizar una pieza es algo que
no nos llevará mucho tiempo, en cuanto a la rentabilidad, la explicación es
clara vamos a parchear y lacar una pieza que no te pagan, pero seria un gasto
ínfimo y siempre teniendo en cuenta que no tengamos que repetir el coche una
segunda vez al no gustarnos el color de la primera mano, y el concepto de la calidad es el más claro has igualado dos
colores llevándolo hacia el que a ti te interesa.
El último paso sería apuntarnos el color utilizado para ese
vehículo, este paso debería ser obligado en todos los coches que pasen por
nuestras manos. Bien que lo incluyera el encargado de recepcionar en la base de datos del vehículo (para mi seria la mejor opción) o bien nosotros en una base de datos creada exclusivamente para ello.
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